Este lamentable hecho sucedió en Barrio Santa 1. Hasta el momento la niña ni su familia recibieron contención Psicológica.
En comunicación con AGENDA/SALTA Liliana Caceres relató el horror que le tocó vivir el domingo pasado, cuando contrató los servicios de Alejandro Augusto Ponce Leal, un vecino dueño de peloteros, que convirtió lo que era un momento festivo por el cumpleaños de su hermosa hija, en el peor día de su vida.
Liliana, notablemente afectada y con la voz quebrada, nos cuenta que todo pasó el domingo a la 1 de la tarde en su domicilio: Decido festejarle el cumpleaños a mi hija y le alquiló el pelotero a un vecino, lo contrató y me dijo que iba a venir a dejar el pelotero porque este infeliz además trabaja en el parque san Martín y en la plaza del niño feliz.
Relata que todo se volvió asqueroso en cinco minutos: Viene a las 13:00, arma el pelotero mientras nosotros preparábamos el cumpleaños. La nena estaba cerca del pelotero por la euforia, iba y venía, saltaba y le hacía preguntas, después vino y se sentó.
Al verla callada y con mirada asustada, Liliana indaga a su hija, para saber qué le pasó, ya que pasó de un momento de extrema alegría por el festejo a no querer ni hablar : Noté rara a mi nena, me dijo que no quería el cumpleaños.
Decidida a entender el motivo, y ver el momento de angustia que vivía su hija, le pregunta porque de repente ya no quería festejo, no quería cumpleaños y no quería ni hablar: Después de tanto insistir me dice que el tipo la había llevado al pelotero y le había mostrado sus partes. Me quería morir, quería quemar el pelotero. Me senté tratando de calmarme y contuve a mi nena porque ella desconsoladamente me pedía perdón.
Con mucha bronca por lo sucedido, la madre continúa relatando: Decidimos con mi familia no realizar la denuncia, para que cuando venga a retirar el pelotero, hacerlo meter preso. Cuando vino al otro día a retirar el pelotero, lo encerré, y llamé al 911. Hicimos la denuncia. Lo llevaron preso 2 horas.
Remarcar que desde que el vecino fue detenido, se sucedieron diversas irregularidades que serán tema de investigación, pero que a primera vista, no reviste de seriedad, como el hecho de tomar supuesta declaración a una niña de 10 años sin la presencia de personal capacitado en Psicología o realizarle dicha declaración en una Cámara Gesell. Y que el acusado sea liberado a las 2 horas de que fue demorado.
Terminando con su odisea, Liliana Caseres contó lo que ocurrió en la comisaría: En todo momento se negaba, y en una de las ocasiones que un policía le dijo que se calle, el acusado terminó aceptandole a la policía que la nena lo provocaba. Uno de los policías me dijo que la lleve para que le tomen declaración y ella le dijo al policía todo lo que pasó.
Desde la justicia por el momento solo hubo una prohibición de acercamiento, el acusado sigue en libertad y agrava la situación que el acusado vive a 2 casas de la víctima: “Me dieron un comunicado donde no tiene que acercarse ni ejercer violencia sobre nosotros”, aclaró la madre.
Nuevamente somos testigos de una justicia lenta que permite que el victimario conviva con la víctima sin ningún tipo de control y siga ejerciendo violencia psicológica.
FUENTE:
agendasalta.com
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