El delantero colombiano todavía no definió su futuro, mientras en Núñez aguardan una resolución; los brasileños no lo contratarán y el Muñeco le recomendó esperar
Desde hace un mes y medio que Rafael Borré es protagonista de la novela que mantiene en vilo al mundo River. El delantero colombiano todavía no definió qué hará a partir de junio cuando se termine su contrato y se viven horas decisivas para su futuro. Después de rechazar la propuesta millonaria de Palmeiras, en la noche del martes se conoció que Gremio de Porto Alegre no será su destino: el club desistió de contratarlo por su indecisión. Esa vacilación del jugador se ampara en la decisión de no cerrarle tan rápido las puertas al fútbol europeo. Su prioridad siempre fue retornar al Viejo Continente y sostener su sueño de jugar la Copa América 2021 y el Mundial 2022.
Son días revueltos para Borré, quien intenta mantener su cabeza enfocada en River. Dentro del club lo ven comprometido en las prácticas como lo ha hecho siempre y con la chispa encendida para dar el máximo en cada partido. Más allá de eso, ya ha tenido charlas con el técnico Marcelo Gallardo, quien repite una vieja estrategia para mantenerlo con los pies sobre la tierra: la recomendación del DT, tal como ocurrió con otros jugadores que tenían ofertas para emigrar, es que se tome un tiempo prudente para pensar, analizar y decidir. Que la elección no sea en caliente ni obnubilado por las cifras exorbitantes que le presentan.
“Es un tema muy personal. Él se tiene que tomar el tiempo para decidir. Yo hablo mucho con él y esa fue la opinión de que haría yo si estuviese en su posición. Todo lo que decida que lo haga convencido de lo que quiere hacer. Y si no estaba convencido que no tome una decisión. Yo creo que va a tener posibilidades para elegir. Lo importante es que esté tranquilo y sólido mentalmente para tener calma, pensar y reflexionar bien”, dijo Gallardo este miércoles en conferencia y agregó: “Es su futuro. Son sus posibilidades. A veces es muy difícil porque tiene que exponer su físico, jugar partidos y es contraproducente. Yo le dije que se lo tome con naturalidad y se tome un tiempo porque es su proyecto de vida. River va a ser siempre una posibilidad. El tema es que hoy es difícil competir con otros mercados. Él sabrá qué hacer”.
Hoy la posibilidad de convencerlo para renovar el vínculo que vence en junio parece alejada. Y aunque internamente se sostiene una mínima esperanza, el nombre de Sebastián Driussi vuelve a la escena. El delantero de Zenit tiene contrato hasta junio de 2022 con su club actual, habla seguido con Gallardo, sigue presionando para volver al país (en una transmisión de Twitch escribió “en junio vuelvo”) y River lo buscaría con un préstamo con opción de compra, tal como intentó el pasado febrero sin resultado.
Mientras tanto, Gremio avanzó por Borré la semana pasada y en los últimos días lo presionó a fondo: le puso a disposición un contrato que alrededor de seis millones de dólares por la firma, dos millones anuales de salario, vínculo por cinco años y un bono por goles, según los medios brasileños. “Espero que él pueda firmar en esta semana y venir”, había dicho el entrenador Renato Portaluppi, al igual que el presidente Romildo Bolzán: “Ya dio el OK y aguarda para firmar el precontrato. Tenemos esta situación bien encaminada”. Pero todo se truncó.
En Brasil esperaban una respuesta concreta del delantero de 25 años (su cláusula de salida es de 30 millones de euros) para esta semana y se cansaron de aguardar. “Gremio renuncia formalmente a firmar un precontrato con Rafael Santos Borré. La decisión se basa, exclusivamente, en la inseguridad del club ante la vacilación del deportista en la firma del contrato, lo que genera dudas sobre el propósito, la disposición y la voluntad de incorporarse a la plantilla”, se publicó en un comunicado oficial en la noche del martes.
A priori, desde Porto Alegre descartaban la posibilidad de discutir un resarcimiento para el club de Núñez. Y ese quizás fue un tema crucial: Borré siempre dejó en claro que su deseo es dejarle una suma de dinero a River, aunque no renueve. Por respeto y gratitud, buscaría negociar un porcentaje de una futura venta o resignar una suma fija de dinero de su contrato.
Por otro lado, la idea de Rafa sigue siendo poder emigrar en el corto plazo al fútbol europeo. Nunca lo dudó y por eso el fútbol brasileño no lo convencía. Siempre que tuvo la oportunidad de opinar de su futuro apuntó hacia Europa, al igual que lo hizo su entorno. Tanto su representante Helmuth Wenning como su entrenador personal Jaime Pabón aseguraron en 2020 que el objetivo del colombiano es “ser transferido a Europa para tener revancha”. Por eso, aguardan propuestas que le despierten un mayor interés desde lo futbolístico: Lazio, de Italia, y Brighton, de Inglaterra, aparecen en carpeta como posibles candidatos.
Hoy Borré se siente más maduro (tiene 25 años) y fortalecido para buscar una segunda oportunidad en Europa y potenciar su sueño de selección. Tras debutar con 17 años en Deportivo Cali, emigró a Atlético de Madrid en julio de 2016 por seis millones de euros, pero no llegó a jugar. Así, solo estuvo un año a préstamo en Villarreal en donde disputó 30 partidos y marcó cuatro goles. Hasta que fue transferido a Núñez y explotó: es el máximo goleador del ciclo Gallardo con 53 tantos en 138 encuentros (98 de titular) y un pilar fundamental del equipo. Además, regresó al seleccionado colombiano en septiembre de 2019 para jugar los amistosos frente a Brasil y Venezuela en Estados Unidos después de cuatro años sin ser citado.
“Estoy muy feliz. Cuando llegué acá no fue fácil, pero de a poco me fui adaptando al equipo. Creo que tengo un grupo de compañeros que me acompañó mucho y me ha facilitado todo. Hoy soy lo que soy por ellos y por el cuerpo técnico, que me tuvo mucha paciencia. Estoy muy contento acá. Me hace feliz estar en River”, dijo hace 10 días en Mendoza tras la goleada 6-1 en la que marcó su primer póker con la camiseta millonaria.
Su contrato vence en junio próximo y el club de Núñez comparte el pase con Atlético de Madrid. En agosto de 2017 abonó 3,5 millones de euros por el 50% y, en caso de renovar, está obligado a pagarle a los españoles otros 3,5 millones de euros por otro 25% de su ficha. Hoy la CD no sabe qué sucederá y, si a River le queda un dinero por su salida, es solo por la voluntad del jugador.
“Es una incógnita qué va a pasar”, dijo el manager Enzo Francescoli sobre el asunto. Entre las dificultades económicas, la brecha con mercados más poderosos, el marcado déficit de la gestión de Rodolfo D’Onofrio con jugadores que se van libres y el deseo del colombiano, River es espectador de una historia que promete seguir teniendo capítulos para contar.
FUENTE:
lanacion.com
Juan Patricio Balbi Vignolo
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