El Vaticano decretó que la Iglesia Católica no puede bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. El documento firmado por el Papa Francisco asegura que el sexo homosexual está “intrínsecamente desordenado” y que no es parte del plan de Dios.
A través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Vaticano decretó este lunes que la Iglesia Católica no puede bendecir las uniones entre personas del mismo sexo ya que Dios "no puede bendecir el pecado".
La determinación, contenida en una explicación de dos páginas publicada en siete idiomas, se emitió como una respuesta formal sobre si el clero católico puede bendecir las uniones homosexuales y fue aprobada por el Papa Francisco.
La negativa a bendecir las uniones entre homosexuales aclaró que éstos son bienvenidos a la iglesia y deben ser tratados con dignidad y respeto, pero que el sexo homosexual está “intrínsecamente desordenado”. Para el catolicismo, solo el matrimonio entre un hombre y una mujer es parte del plan de Dios ya que está destinado a crear una nueva vida.
Como para la iglesia las uniones homosexuales no están destinadas a ser parte de ese plan, no pueden ser bendecidas por la iglesia. Dios “no bendice ni puede bendecir el pecado: bendice al hombre pecador, para que reconozca que es parte de su plan de amor y se deje cambiar por él”, dice el documento rubricado por el Papa Francisco.
El Papa ha respaldado proporcionar a las parejas homosexuales protecciones legales en uniones del mismo sexo, pero eso se refiere a la esfera civil, no dentro de la iglesia. "Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso", dijo en un documental el año pasado.
En 2003 cuando el Papa era Juan Pablo II y la Congregación para la Doctrina de la Fe era liderada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger (luego Papa Benedicto XVI) un documento detalló que "reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad".
FUENTE:
mdzol.com
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