Estuvo involucrado en la causa por espionaje ilegal y decidió ahora volcarse a la actividad partidaria; podría competir como legislador porteño
Darío Nieto, el secretario privado de Mauricio Macri que estuvo involucrado en la investigación judicial por espionaje ilegal, decidió levantar el perfil e involucrarse en la política partidaria. Alentado por el expresidente, evalúa la posibilidad de ser candidato a diputado nacional o legislador porteño en las próximas elecciones legislativas.
“Si soy candidato, va a ser para impulsar el cambio real y desafiar el stato quo, que no nos permite progresar a los argentinos. Ese es mi objetivo en la política”, comenta Nieto, politólogo y uno de los principales asesores de Macri, ante la consulta de LA NACION.
En febrero pasado, el juez federal Juan Pablo Auge decretó la falta de mérito de Nieto en la causa en que se investiga el espionaje ilegal contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, dirigentes políticos y periodistas durante la gestión de Macri. Esa decisión, que compartieron los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, fue apelada por una parte de los querellantes en el expediente ante la Cámara Federal de La Plata, que aún no resolvió si ratifica o no esa resolución. En ese caso están procesados Gustavo Arribas, exjefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y su exnúmero dos, Silvia Majdalani, entre otros.
Nieto se mantuvo cerca de Macri desde que el fundador de Pro regresó al llano. Junto a Fernando de Andreis, exsecretario general de la Presidencia, es uno de los laderos del exmandatario que trabajan diariamente en las oficinas que Macri alquiló en Olivos a fines de diciembre de 2019. Durante los últimos meses, el expresidente estimuló a su secretario para que diera el salto a la política. Lo imagina como candidato en los próximos comicios en la Capital, principal bastión opositor y terruño de Horacio Rodríguez Larreta, quien lidia con la presión de Patricia Bullrich por el armado de las listas en el distrito. Entusiasmado con la idea, Nieto ya se largó a “caminar” por los barrios porteños -también estuvo en la localidad de Avellaneda- para “charlar con los vecinos”. El asesor de Macri, que se define como un “impulsor del cambio”, aclara que realiza esas recorridas a “título personal”.
Nieto se acercó a Pro hace más de diez años de la mano del exlegislador porteño Francisco Quintana, actual integrante del Consejo de la Magistratura de la Ciudad. Y hasta ahora siempre se desempeñó en roles “técnicos” dentro del ecosistema macrista. Durante sus primeros años en Pro, pasó por el gobierno de la Ciudad y, tras ganarse la confianza de De Andreis y Marcos Peña, trabajó como jefe de campaña de varios dirigentes del partido, como Carlos Javier Mac Allister o la exvicepresidenta Gabriela Michetti. Tras la victoria de Cambiemos en las elecciones de 2015, Macri le ofreció ser su secretario privado. “No nos conocíamos mucho”, recuerda Nieto. Con el correr de la gestión se convirtió en la sombra del expresidente.
Nieto cuenta que hubo dos motivos que lo empujaron a levantar el perfil y dar el salto a la arena política. Primero, las secuelas de la situación judicial que atraviesa desde junio del año pasado, cuando estalló el caso por espionaje ilegal durante el macrismo. En el marco de esa investigación -Nieto la califica como una causa “inventada”-, la Justicia ordenó allanar su casa y la vivienda de sus padres. “Es muy difícil que te allanen, encima por una mentira. Yo vivo con mi novia y mi hijo, Enzo, que cumplió un año”, recuerda el secretario de Macri, quien niega que busque fueros parlamentarios con una eventual candidatura en las próximas legislativas. “Me dieron la falta de mérito. Eso quiere decir que no hay ninguna prueba que me vincule con el tema”, se defiende.
Luego de que estallara el escándalo por el espionaje ilegal, Nieto conversó con Macri y definió que debía “poner la cara”. El expresidente le recomendó que se muestre en público y cuente su historia. “No soy un delincuente, no tengo departamentos en Miami. Nunca hice nada ilegal”, insiste.
Nieto asegura que también optó por lanzarse a la política porque considera que “es el momento de salir a dar la batalla” contra el kirchnerismo. “Ellos volvieron con todo, para tratar de romper el sistema. Hay mucha gente comparte los valores que tengo, como la libertad, la transparencia o la independencia de poderes”, repasa el colaborador de Macri.
Con su incursión en la política partidaria, Nieto busca “romper el stato quo” que, considera, impide el progreso de la Argentina. Con un discurso similar al que utiliza Macri, su mentor, en su regreso al centro de la escena pública, Nieto apunta contra “los empresarios que no quieren competir”, los sindicalistas “que se llenan los bolsillos de plata y no defienden a los trabajadores” y los dirigentes políticos que “no quieren que nada cambie, para mantener sus beneficios”.
Con ese trasfondo, Nieto se prueba el traje de candidato. “Si siento que ese es el mejor lugar para terminar el privilegio de unos pocos y poner mi granito de arena para que la Argentina crezca, voy a ser candidato. Pero no puedo dar esa definición ahora”, remarca. Sin embargo, el asesor de Macri ya prepara una suerte de libreto de campaña, con duras críticas al Gobierno. Se queja de la gestión de la pandemia de Fernández, la escasez de vacunas contra el coronavirus en el país y la “liberación de presos” durante la cuarentena. “El kirchnerismo quiere igualarnos para generar resignación en la gente, que crean que somos todos iguales. Pero estoy convencido que la Argentina puede cambiar”, subraya.
En su nuevo rol, Nieto quiere hablarle a los jóvenes, un sector del electorado que no suele sentirse atraído por el discurso de Pro. “Hoy nadie está pensando en ellos, que son los más perjudicados por la crisis. Tienen dificultades de empleo, para acceder a una vivienda y problemas de adicciones. El narcotráfico volvió a los barrios”, considera.
Por eso, el colaborador de Macri le apunta a los militantes de La Cámpora, la agrupación que lidera Máximo Kirchner, jefe del bloque de Diputados del Frente de Todos. “Lo único que tienen de jóvenes es el número de DNI, porque piensan con ideas antiguas, del siglo pasado”, opina Nieto.
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